Que de ti tengo
Que de ti tengo, tu silueta en un tintero
fresca, como el canto de un río, en mi
hoja de papel,
el eco de tu voz entre las silabas que
escribo,
se distiende hasta que la abrazo entre mis
versos.
Que de ti tengo, la cruz de las soledades
de la noche,
el invierno fantasma de un presagio
olvidado,
que aún le brillan los ojos cuando inclinas
tu frente,
perenne y tatuando este sentimiento en mi
piel.
Que de ti tengo, los cielos de mi memoria
nítidos
abriendo espacios a la leyenda que rehuyó
de su historia,
empapada de incienso, purificando su
sepultura,
tanto, tanto, que por muerta, tiene vida.
Que de ti tengo, lo que no tengo y en ello
hallo consuelo,
como unos brazos que abren camino en la
niebla,
con un mador tenue cubriendo mi cuerpo, en
esta lluvia
de sensaciones de primavera, soñada a
destiempo…
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"