Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

domingo, 12 de agosto de 2012

Destino

El destino…, me resisto a creer que nacemos predestinados, no al hecho de tener que morir, que eso no admite duda. Sin embargo, creer que nos suceden unos determinados hechos o tomamos un determinado camino, porque así está escrito en los anales de nuestra historia por vivir, no sé, eso me confunde, puesto que si existe una divinidad, madre de todo el universo, es discriminatorio. Y ya de antemano, a la vista de todos, existen los desheredados de Dios y los hombres, que están condenados desde que nacen a una lucha continuada por sobrevivir, con infinidad de dificultades, con unas carencias que se les etiqueta como candidatos a no tener futuro, víctimas del hambre, las guerras y por si eso fuera poco, cuando la tierra se queja, las mayores catástrofes climatológicas, se ceban con ellos.
Se ha dicho que Dios escribe derecho sobre renglones torcidos, para intentar dilucidar designios en las vidas de los humanos que dejan en desventaja a unos frente a otros, como pueden ser enfermedades que les señalan a dedo a no poder acabar sus vidas, con muertes prematuras, también a vivir con minusvalías psíquicas o físicas, que la ciencia es incapaz de evitar o corregir… Es poco reconfortante, conformarse, cuando una madre se ve obligada a abandonar su vida en la tierra, dejando hijos pequeños, ahí, decir que Dios sabe lo que hace, consuela de muy poco… ¿Quién no ha conocido, a personas de extraordinaria bondad, ternura…, que les pasa mil penurias, acabando sus vidas con el corazón destrozado por el sufrimiento?, Desde luego yo sí, y he dado mil vueltas a ese asunto y al final, solo me abriga de ese frío interior que me hace sentir semejante injusticia, una frase que mi madre solía decir mucho, como justificación; “Dios manda las cosas a quienes son capaces, de afrontar esa responsabilidad de lucha y soportar el dolor que suponen”…
Nos hacemos fuertes en la adversidad, eso es verdad, sin embargo permitidme que yo eleve una súplica al cielo; “Bendito cielo que me mira, si he de ser fuerte, déjame conseguirlo yendo al gimnasio”…

Gracias a todos…
Mil besos con destino a cada uno de vuestros rostros….



Destino

Cruel destino que dicta sentencias
sin saborear lo que la ternura esconde.
Y llama a la aflicción; curiosa venganza
de un dios menor, implorando a la piedad
para hallar la libertad sin ser indeleble.

Curiosa cicatriz que no tiene huella.
Estigma de grandiosa aura
en el certificado de nacimiento.
Pisadas dibujadas previamente
en una senda que se ha de atravesar.

Un patíbulo con huellas dactilares,
con rubrica en sus pies y sus manos,
señalando un río que agota su cauce
en un término donde solo habita la noche.

Será cegado y dormido ese ángel
con sus alas de seda y sangre caliente,
como aquel que no tiene cuerpo
ni línea en el norte de sus sueños….

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