Hace unos días en dilatada conversación con unos de mis niños… Bueno, niños es un decir, el más pequeño mide 1, 97 y va camino de los 21 años, y el otro, mide algo menos, aunque también hubo que subir la altura de las puertas de casa por encima de lo normal y va derechito a cumplir 22 años... Pues como os decía, él me preguntaba la forma de diferenciar una simple atracción física del amor de verdad, y he aquí la mujer experimentada muy predispuesta, que recurrió a sus recuerdos, a toda esa corte de novios que se resumen en uno con el cual se casó hace más de dos décadas y le respondió:
_Hijo mío, eso no se puede explicar, lo tienes que sentir, y cuando eso ocurra, estoy segura que lo sabrás_, Después he meditado sobre mi respuesta, lo pobrísima que resulta y la verdad es que no encuentro otra mejor, como no sea este poema que bien podría ser una simple atracción física con los días caducados antes de nacer…
Os lo dejo como presente, en ese intento pospuesto, de derretir los polos, trabajando el erotismo que todos llevamos dentro, para darle forma en servicio a la lirica y al arte…
Gracias a todos…
Mil besos a todos, muy enamorados del amor, dibujando corazones en sus rostros… ¡Uif, que cursi, jajajaja!, Sean felices...
_Hijo mío, eso no se puede explicar, lo tienes que sentir, y cuando eso ocurra, estoy segura que lo sabrás_, Después he meditado sobre mi respuesta, lo pobrísima que resulta y la verdad es que no encuentro otra mejor, como no sea este poema que bien podría ser una simple atracción física con los días caducados antes de nacer…
Os lo dejo como presente, en ese intento pospuesto, de derretir los polos, trabajando el erotismo que todos llevamos dentro, para darle forma en servicio a la lirica y al arte…
Gracias a todos…
Mil besos a todos, muy enamorados del amor, dibujando corazones en sus rostros… ¡Uif, que cursi, jajajaja!, Sean felices...
Y no me di cuenta
Fue una ráfaga desnuda de esa flecha
perdida,
sin destino, escapada del arco de
Cupido,
la que me marcó con tu presencia…
Y no me di cuenta;
de esa sensación, como si alguien me
besara el alma,
sobresaltándola, e inquieta se sonreía
sin decirme quien.
El despertar de la consciencia, donde
no hace amarras
la sangre en mis venas, asustada de la
marea
Con cien caballos galopando en ella…
y no me di cuenta;
Que con solo oír tu voz mi corazón se
aceleraba
Y un intenso rubor coloreaba mis
mejillas.
La tímida promiscuidad de la noche,
gozando con la ebria locura de la piel
encendida,
tan torpe, que se resistía incrédula a
reconocerte…
Y no me di cuenta;
Que un simple roce de tus manos
increpaba su delirio,
abriendo la primavera en la cúspide de
mis senos.
La languidez del paladar, infiel al
hábito
buscando saciarse de un agua, que no
contiene el vaso,
entreabriéndose mi boca inquisitiva…
Y no me di cuenta;
Que al sentir tú aliento en mi rostro,
mi lengua humedecía mis labios
sedientos.
El palpitar de mi sexo en loco frenesí,
Inquietando mis piernas, confundiendo
su voluntad
dejando acceso a su colmena ahíta de
miel…
Y no me di cuenta;
Que tu mirada me desnudaba marcando su
propiedad
en un territorio vencido sin haber
prestado resistencia.
Y no me di cuenta, que tú que lo
sabías…,
me gozas como el guerreo que llega a su
morada
después de haber obtenido su medalla
confiado, de que en mí, obtendrá su
descanso
después de saciar su hambre de mil
estaciones
donde las flores abren un solo instante
cerrándose después a cal y canto
hasta que otro invasor le grite una
salve…
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"