Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

sábado, 11 de abril de 2009

Mi nombre (la verdad seriamente de broma)


Mi nombre (la verdad seriamente de broma)

Me llamo Antonia, Antoñi para la familia y amigos, Toñi para otros, Antoñita o niña para mi marido, también niña para mi padre. La verdad es que me da igual como me llamen, mi nombre es para mí, peor que un accidente y pensar porque lo llevo puesto me cabrea aún más. Según he sabido, mi nombre lo eligieron mis padrinos, el Antonio y ella Antonia y un hijo que tenían en este caso hija también se llamaba Antonia. Para el colmo, mi madre, huérfana élla que creció con sus abuelos, ambos se llamaban, Antonio y Antonia, para que quebrarse la cabeza pensando, eso desgasta las neuronas, y reduce la materia gris.

Detrás de cada familia y sus nombres existen muchas historias, en el caso de la mía hay algunas son muy controvertidas y extrañas, alguno de ellos se llama Gregorio, no está mal, lo extraño es la historia que tiene detrás. Según mi abuela, una antepasada nuestra tuvo un desliz con Gregorio X el sabio, cosa que a mí me choca puesto que yo he oído hablar de Alfonso X el sabio, creo que se confundía y más bien el desliz sería con los cantos gregorianos. Luego genéticamente, por nuestras venas circula sangre Azul, por tal motivo, ella sostenía, que aunque las mujeres de nuestra familia son muy decentes, ¡Aburridas diría yo!, Proceder de una alcurnia semejante se tiene que exhibir con orgullo y reivindicar a través de todas las generaciones, nos da distinción, así que ese nombre lo lleva algún miembro de mi familia desde la edad media. También está el nombre de Feliciano, Argimiro, Eduvigis, y como no, los habituales nombres que se repiten en casi todas las familias españolas, José, Juan, Francisco, Dolores, etc.

En las siguientes generaciones esto de los nombres ha cambiado, así nos encontramos nombres como, Francisco Javier Feliciano Eduardo o este otro, Jorge Manuel Gregorio, cuando terminas de llamar al Francisco Javier Feliciano Eduardo, éste se ha ido aburrido esperando que termines de nombrarlo. 
Algunos son más cortos, eso si, bien pensados, Alejandro, que no es por Alejandro Magno, ¡Que va!, Por Alejandro Sanz, pobres padres dándole vueltas a la cabeza pensando… ¿Me la habrá pegado mi mujer con ese mequetrefe?, Eso les gustaría a ellas.

3 comentarios:

  1. ¨... niña para mi marido...¨

    No podés negar que a pesar de los pesares del linaje, que te llame así es una dulzura total!!!
    Me desarmo si alguien me dice ¨niña¨
    A verle el lado positivo a su nombre, Señora!!!

    DULCES ABRAZOS, AMIGA POETA.

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  2. Me has hecho pasar un rato muy agradable con tus historias de nombres y de linajes, ¿sabes? yo también tengo historias curiosas de mi familia y de linajes perdidos en el tiempo...
    besos y gracias Antoñi
    hs

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  3. HERMOSA TU HISTORIA ANTOÑI, PARA MI ERES MI AMIGA ANTOÑI, ESO ES LO MÁS IMPORTANTE. VERDAD QUE EN CADA FAMILIA HAY UNA HISTORIA, AL MENOS, DE NOMBRES. MENSO MAL QUE CUANDO YO NACÍ, YA SE HABIAN ACABADO LOS NOMBRES DE ABUELAS, TIAS Y MADRE, PORQUE SE LOS HABIAN PUESTO TODOS A MIS HERMANAS MAYORES.
    TE DESEO UNA PASCUA FELIZ EN FAMILIA.
    BESITOSSSSSSSSSS.

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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"