Las palabras
Las encontré bailando entre mis dedos,
eran pequeñas, atrevidas y traviesas.
Susurraban, ¡No sé qué!..., Eran cómplices,
en sus juegos, parecían divertirse.
Me hacían cosquillas entre las uñas.
Muy cansadas mis afanosas manos,
suplicaban un poco de compasión…
Ellas, como niñas, mil aventuras contaban.
No existe el tiempo y menos el descanso
en su mundo que no es efímero, ni envejece.
Les canté una nana, cantarinas, solo reían
y al son de la melodía danzaban.
Ajenas a mi voluntad, por ellas mismas,
mil cosas al compas del teclado formaban;
un sueño escondido, una ilusión, un verso,
un cuento para callar al niño que lloraba.
Al margen de la metódica lógica.
Componen la vida a su forma…
Tan real, que entre las venas corren,
de aquel que las sueña y las expresa.
Archivan toda la historia,
Son muchas de ellas, son millones.
Son las estrofas del poema de amor,
que los enamorados atesoran.
La realidad del llanto triste, desvalido,
Quejidos de silencios… solo se sienten,
Junto a la pluma que sentimientos escribe…
Sin pausa, sin tregua, ahogando el lamento.
Sin duda que eres amiga de las palabras, sólo es necesario leerte para darse cuenta.
ResponderEliminarAbrazos.
Manolo
Desde muy lejos mi barco ha recalado aquí, y es precioso lo que he encontrado (luego de un recorrido de poemas), seguramente sigo mi viaje con un sabor muy dulce por haberte leído.
ResponderEliminarUn gran saludo desde el Sur más sur del mundo.