A ratos…
Te digo, _
¡Mírame!_, Solo a ratos
me miras,
cual estalactita fría,
que prefiere
la helada desnudez
en el cuerpo
de las sílabas mudas,
a la
alquimia en cuerpos baldíos.
Casi
nada tengo, dunas heridas
por tu árido
viento en mi desierto.
¿Cómo
saberlo?, Al apurar la vida,
llegar al
borde del gozo florido,
cuando no
hay cumbre perfumada
que ansié el
amor en su desplome,
solo
detenida en la plácida emoción
de un
momento que suspira vejez,
y por
respirar, se muere un poco.
Himeneo de
un futuro simple,
converso en
sí mismo, me dirías,
cuando
conjugarme es confuso
entre tantos
verbos inestables.
Sé que voy
del hoy al mañana,
y a ratos,
el sudor frígido del ocre
me
despierta, apático, del espejismo.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"