Yo misma...
Aún no sabe el sentimiento
de esencia pagana errante,
menos de espinosas grutas
oscureciendo los sentidos.
Por eso desnuda mis pies,
azotado por la ira de las olas
de un tiempo de abandonos,
de playas de pinos amantes
del desahucio en las arenas
movedizas del frenético reloj,
que en su gula descalza la calle
saciando su hambre de horas,
de minutos que van subiendo
estatura conforme las raíces
de sus segundos profundizan
el suelo sin dar el veraz fruto,
al palpitar del tiempo inflexible.
Impertérrito es el presente
agarrado a mi fuerte voluntad
de ser yo misma en lo que hago,
siento, como un cometa verde
escapada del espigado trigal,
mi mar en tierra, hacia dentro
movida por el viento de mi norte.
No quiero ser la olvidada sal
en el inerme callado del mundo,
suspiro de soledad que se pierde
bajo la luna de ilegitima sonrisa,
cuando son crecidos los silencios
por no poder tener la imagen
que al mirarte se embelesa toda
ante la plenitud de un destello
devoto, solo un canto de cisne,
un desnudo vals en tu aureola.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"