Golpea
Golpea, golpea tanto
la rebelión de
los años.
Ya pasó su
factura la arruga
mientras la
espiga en Abril
fortalece
sus verdes emociones.
¿Para qué?,
Son gotas febriles
los arrogantes
cuerpos de agua
creciéndoles extrañadas flores
a las
larvas, que serán cigarras
en el canto
mudo de la madrugada.
Desterrado vacío me envejece
visitante despiadado
en mis sueños.
Si pudieras
regalarme esa rosa.
Esa rosa
roja, húmeda de tus labios.
Podría vestir
de plata la oscura noche.
El momento
se va, el instante.
Quisiera ser
cierva de las estatuas,
fámula servil
de su fría carne.
Conquistar
la palabra dormida
abrir su
boca entre las multitudes.
Un recuerdo,
tan solo un recuerdo
salvado del proyectil
del olvido
que no sea
una canción triste.
Un amor,
quizá…, con tu mirada.
Un
verso, un universo que me acoge.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"