Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

martes, 22 de septiembre de 2020

Viniendo el día


 

Viniendo el día
 
Se me fueron las ganas
viniendo el día,
a pesar de oír tu llamada,
tú, mi lucero del alba.
El cielo sentí derramarse
lágrimas de alborada,
 tenues,
a mí me lloraba el alma.
Clamor de un espeso silencio,
me nombraba  azul,
mientras el sol aún dormitaba.
Viniendo el día cerré los ojos,
para no ver la soledad
tendida a mis pies,
como se despertaba.
Se me fueron las ganas,
la prisa de la vida.
Bajé despacio las nubes
chorreando aguas saladas.
Dejé llenar todos los charcos
de mi memoria.
Cubrir las ciénagas,
el lodo de todas mis heridas.
Busqué el sueño,
después,
abraza a la voz recordada,
tú, mi mañana de otoño,
melancólica, quejumbrosa.
Quizá te asusta el miedo
a no volver a ver tus hojas,
por eso a mí,
se me fueron  las ganas
de despertarme contigo.

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