Un gesto
Contemplar es fácil a tus días
cuando sutilmente elevan su cabeza.
Para mí, como le ocurre al brote
con sus ansias de ver la luz,
de vestirse de luminoso verde,
me conformo con tu sonrisa de sol.
Con tus brazos de maleable viento.
Regálame lo que puedas de ti,
sin pasajero en tu prestado reloj,
tampoco ha de llevar equipaje de
vuelta.
Hay tantos vacío llenos de sombras
en la historia que me escribes.
Ni siquiera sé si la tinta es
sangre
que desde tus venas me reclama.
Solo un gesto, no lleno de
silencios,
regalado sin voluntad,
nacido espontaneo al pensarme,
y podre construir camino al cielo de
tus ojos,
mojada de lluvia resbalada de tus
pestañas.
Porque solo así dará sentido
nadar por el mar de tu pensamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"