Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

lunes, 2 de julio de 2018

Regálame la rosa roja



Regálame la rosa roja

Regálame una única rosa,
de bellos pétalos rojos.
Lúcida y superviviente
en la piel de este poema,
fruto del efímero deseo.
Completa de hipérboles
en el cauce de sus venas.
Están ahí los anhelos
de esa niña que duerme
una quimera regalada,
ciega carente de destino.  
Ahora paradoja errante
que no se sabe confirmar,
con flor de jardín alguno.

Regálame esa rosa amante
de la luna, luciérnaga guía
del resplandor quebrado
de tantos albas itinerantes,
que partieron de su boca.
La noche espera al gozo
yo el sugerente perfume,  
de la  inocente sonrisa,
incapaz de tocar el amor
en su inmaculada desnudez.
Regálamela, hoy, mañana,
el ayer, ya paso de largo,
sin mirarte, sin mírarme.
regálame, ahora, esta rosa.


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