Analizar la conducta humana, desde ti misma, es
importante, pues somos el mejor ejemplo de
lo impredecible en aquello que hacemos
sin conciencia, sin premeditar, tan arbitrario que a pesar de ser actos
desarrollados por ti, te sorprenden, señal inequívoca, de que te eres muy desconocido,
que se nos va la vida tratando desentramar ese rompecabezas que es nuestro
propio proceder.
Luego está aquello que nos hace buenos o malos, a
los ojos de los demás, bien es cierto, que es muy complicado gustar a todo el mundo,
no solo porque pueda existir empatía o no, también, porque hay energías que se
atraen, y otras que se repelen, y que otra cosa somos, que energía.
Si algo hay que sostengo, es que puedes ser un
excelente ser humano, que no perfecto, puesto que la perfección no existe y
además sería duro de llevar si tuvieras que convivir con ella, obligado a
mirarte en su espejo…, como decía, puedes ser esa excelente persona, y sin
embargo por momentos doblegarse esa personalidad en algo irracional, incluso
fuera de control, con conductas que dejaran mucho que desear y decir…, es ahí cuando la majestad de la excelente
persona se tambalea, y quizá es tan fácil de explicar como saber, que el ser mejor o peor, a veces, es más merito de
aquel que te acompaña en la vida, que de ti mismo, por lo cómodo, lo adecuado
que te hace sentir, o todo lo contrario…,
hay una frase muy popular que resume lo que trato de explicar, “tienes
la capacidad de sacarme de mis casillas”…
Gracias a todos… feliz día… Besos
Dejemos los
besos sin relojes
desnudos de
instantes antiguos.
No son
moralejas mutiladas,
funestos
sueños rompiéndose,
cuyo cuerpo
buscan dueño,
asilo en la
mordaz garganta,
hambrientos
de fieles verdades.
Dejemos los
besos pétalos,
alcanzarán
la flor deseada,
y una
lágrima de silencios
presenciada
por la noche
en el
espacio de su canto,
melodía serán
las estrellas,
pentagrama su
constelación.
Dejemos los
besos sin rostro,
despertará
su alba puntual.
Un saxofón
nocturno rompe
desgarrador el
duro asfalto,
al abrir el
blanco glacial
los huecos
del frío color
caído del
sudor de la luna.
Dejemos los
besos primavera
despertar
abril de su sueño,
que en mayo
brotaran rosas
en el jardín
de unos labios.
Lluvia de
misterios ofrecen
las espigas
sesgando veredas.
Ni tú, ni yo
somos alimento.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"