Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

martes, 26 de septiembre de 2017

Dejemos los besos

Analizar la conducta humana, desde ti misma, es importante, pues somos el  mejor ejemplo de lo impredecible en aquello que hacemos  sin conciencia, sin premeditar, tan arbitrario que a pesar de ser actos desarrollados por ti, te sorprenden, señal inequívoca, de que te eres muy desconocido, que se nos va la vida tratando desentramar ese rompecabezas que es nuestro propio proceder.
Luego está aquello que nos hace buenos o malos, a los ojos de los demás, bien es cierto, que es muy complicado gustar a todo el mundo, no solo porque pueda existir empatía o no, también, porque hay energías que se atraen, y otras que se repelen, y que otra cosa somos, que energía.
Si algo hay que sostengo, es que puedes ser un excelente ser humano, que no perfecto, puesto que la perfección no existe y además sería duro de llevar si tuvieras que convivir con ella, obligado a mirarte en su espejo…, como decía, puedes ser esa excelente persona, y sin embargo por momentos doblegarse esa personalidad en algo irracional, incluso fuera de control, con conductas que dejaran mucho que desear y decir…,  es ahí cuando la majestad de la excelente persona se tambalea, y quizá es tan fácil de explicar como saber, que  el ser mejor o peor, a veces, es más merito de aquel que te acompaña en la vida, que de ti mismo, por lo cómodo, lo adecuado que te hace sentir, o todo lo contrario…,  hay una frase muy popular que resume lo que trato de explicar, “tienes la capacidad de sacarme de mis casillas”…




Gracias a todos… feliz día… Besos


                      Dejemos los besos 

Dejemos los besos sin relojes
desnudos de instantes antiguos.
No son moralejas mutiladas,
funestos sueños rompiéndose,
cuyo cuerpo buscan dueño,
asilo en la mordaz garganta,
hambrientos de fieles verdades. 

Dejemos los besos  pétalos,
alcanzarán la flor deseada,
y una lágrima de silencios
presenciada por la noche
en el espacio de su canto,
melodía serán las estrellas,
pentagrama su constelación.

Dejemos los besos sin rostro,
despertará su alba puntual.
Un saxofón nocturno rompe
desgarrador el duro asfalto,
al abrir el blanco glacial
los huecos del frío color
caído del sudor de la luna.

Dejemos los besos primavera
despertar abril de su sueño,
que en mayo brotaran rosas
en el jardín de unos labios.
Lluvia de misterios ofrecen
las espigas sesgando veredas.
Ni tú, ni yo somos alimento.

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