No
ser autosuficiente, depender de los demás, que nos ayuden en nuestras
necesidades más básicas, cuando nuestro estado físico y mental se deteriora, a
veces a temprana edad y a estados extremadamente deplorables. Cierras los ojos
y piensas, si merece la pena vivir así, siempre diré que la vida es nuestro
verdadero regalo en este mundo, sin embargo…, donde se queda el vivir con
dignidad en muchos casos, con cierto tipo de dolencias, de incapacidades?,
Donde la persona pierde incluso, la capacidad de razonar, también de sí misma,
de los suyos…, los cuidadores, los familiares sufren mucho, en muchos sentidos,
y van aprendiendo por el camino, con la ayuda de los profesionales, como
enfrentar la situación, como conseguir mejorar sus vidas, darles una poquita de
calidad, cuando vivir se convierte en algo decrepito que ensombrece todo a su
alrededor. La tristeza, esa dama oscura como la muerte, amenazante, pretendiendo
establecerse sobre todo, ahí, donde el enfermo, sin querer, extiende su
incapacidad y su enfermedad hacia todos, mueve los cimientos de la vida de
aquellos con los que convive, pues se vive sujeto a sus necesidades, y siempre
con la responsabilidad a cuestas, por el miedo a equivocarte, y pueda sufrir
consecuencias irreparables, que degrade su existir aún más.
Aquí
hay un tiempo para estar y otro para irte, lo malo en ese sentido, es que el
hogar que ocupas amenace derribo antes de que tu billete de vuelta caduque,
entonces toca sufrir, que nunca va a ser equivalente a vivir…, si os digo, que con
amor, respeto, tolerancia, paciencia… se resuelven muchas cosas, se abren
puertas a la luz, quererles mucho, protegerles mucho, gran parte de ellos, son
nuestros niños mayores, han prestado un extenso y agotador servicio a la vida,
al mundo, se merecen lo mejor, aunque ese mejor casi no exista ya para ellos….
Gracias
a todos… Feliz tarde… Besos
Si
le das la mano, camina efímera.
Triste
ironía saldan los hombres,
sentados
o activos, y a cualquiera
les
dice, _ mirará más allá de ellos,
más
adentro de las cosas con alma_,
Y
tú me darás la verdad por omisión.
Bandada
de palomas, palabras,
mensajes
tercos, cansados, en vuelo,
con
sabor a fatigas transeúntes.
Hablan
los abecedarios proscritos,
desesperados
por existir, febriles,
trabajando
silencios por inercia.
Terquedad
loca conversa sin ideas,
conmueve
su obstinación delirante.
No
se resigna a ser solo embajada
representante
del privativo quejido.
Seca
la garganta de aleteo de peces,
inconsciente
otra vez, muere la voz.
No
todo es completo, o tentativa.
Pensar
senil, ideas justificantes
alineando
párrafos desterrados,
al
uno, al otro lado de lo irregular,
y
ya van saludando a los rebaños.
Son
de ovejas, nadan en los mares.
Es que no existe la libertad absoluta. Yo, que vivo de utopías, sé que algunas valen la pena y otras son tonterías.
ResponderEliminarLa libertad es decidir aún estando aferrado a algo, además es inevitable. Y si, los silencios se trabajan por inercia muchas veces, pero en la mayoría de los casos el silencio es siempre una respuesta.
Besos.
Exactamente Navegante, no existe absoluto, nada, ni tan siquiera la misma muerte, definida como oscuridad, o quietud absoluta, quizá porque no sabemos que somos más allá del cuerpo que ocupamos, pues indudablemente, ser, somos, antes y después de habitar esta casa terrenal que nos da unas señas de identidad en la tierra…, y es ahí donde el silencio nos deja las respuestas, un silencio, que tampoco es absoluto, pues alguna evidencia de que de vez en cuando se deja asomar….
EliminarComo siempre un placer encontrarte entre mis letras, y un gracias que te abraza desde la distancia…