Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

domingo, 2 de abril de 2017

Yo misma...


Yo misma...

Aún no sabe el sentimiento 
de esencia pagana errante, 
menos de espinosas grutas 
oscureciendo los sentidos. 
Por eso desnuda mis pies, 
azotado por la ira de las olas
de un tiempo de abandonos,
de playas de pinos amantes 
del desahucio en las arenas 
movedizas del frenético reloj, 
que en su gula descalza la calle
saciando su hambre de horas,
de minutos que van subiendo 
estatura conforme las raíces 
de sus segundos profundizan
el suelo sin dar el veraz fruto, 
al palpitar del tiempo inflexible.


Impertérrito es el presente 
agarrado a mi fuerte voluntad
de ser yo misma en lo que hago,
siento, como un cometa verde
escapada del espigado trigal, 
mi mar en tierra, hacia dentro
movida por el viento de mi norte. 
 No quiero ser la olvidada sal 
en el inerme callado del mundo, 
suspiro de soledad que se pierde
bajo la luna de ilegitima sonrisa,
cuando son crecidos los silencios 
por no poder tener la imagen 
que al mirarte se embelesa toda
ante la plenitud de un destello
devoto, solo un canto de cisne, 
un desnudo vals en tu aureola.



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