Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

viernes, 31 de marzo de 2017

A ratos…


A ratos…

Te digo, _ ¡Mírame!_, Solo a ratos
me miras, cual estalactita fría, 
que prefiere la helada desnudez 
en el cuerpo de las sílabas mudas, 
a la alquimia en cuerpos baldíos. 
 Casi nada tengo, dunas heridas
por tu árido viento en mi desierto.

¿Cómo saberlo?, Al apurar la vida, 
llegar al borde del gozo florido, 
cuando no hay cumbre perfumada
que ansié el amor en su desplome, 
solo detenida en la plácida emoción
de un momento que suspira vejez,
y por respirar, se muere un poco.

Himeneo de un futuro simple, 
converso en sí mismo, me dirías, 
cuando conjugarme es confuso 
entre tantos verbos inestables. 
Sé que voy del hoy al mañana,
y a ratos, el sudor frígido del ocre
me despierta, apático, del espejismo.


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