Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

lunes, 3 de octubre de 2016

…Y llegó el otoño


…Y llegó el otoño

Buscaba la belleza,
sin alma la encontró.
Acarició su tersa piel,
de cráter frío de hielo
contenido en su aire.
Amanecida de espumas
en los cristales rotos
de la hambruna cobarde,
tan apurada de tristeza.

Subyacente en la oscuridad,
iluminada soledad persiste,
adherida a la arruga,
en los arrecifes del dolor,  
amuralló sus  ilusiones,
amamantadas de inocencia
como lágrima de niño,
en los marítimos vergeles
húmedos de desesperanza.

Las lavas del olvido,
firmaron su sentencia,
aspirando el viento triste
de la impedida animación,
con el aliento de las orillas
verificado en los troncos
vegetales y anhelantes,
escogiendo el momento
para hacer dormir sus hojas. 

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