Pérdida
Se hace cálido
el aíre
bajo el lecho
del agua.
Hilera larga murmurante,
tu canción juega
con el sol,
acaricia la
tierra vencida.
Aquí , allá,
limpia la sangre,
desnuda la calma
y bosteza.
Quiero escuchar
la herida,
al dolor proscrito
en la calle.
Dibujar elipses
en las auroras,
rutas descartando
el frío.
Hacer luz, caridad
de frente.
Escuchar al pálpito
del silencio,
que me diga y no
se enoje.
Cielo inmortal al
acecho.
Nacido amor, dulcemente
en su vuelo a mi
orilla.
Cuando en ti
pienso,
el pensamiento llora,
rosa purpura de
fuego
negado a ser
amargura.
Al borde, entre
la sienes
bracea cansado
de la vida.
Recuerdo de viento
y arena,
cuando decidas
no estar,
sonaran serenos
tus acordes
desde tus acelerados ojos,
invitándome a tu
ausencia.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"