Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

miércoles, 15 de junio de 2016

El mar que nos baila


El mar  que nos baila

Bailas junto a mí un ritmo que no sigo,
se van juntando los acordes en las olas.
Despliegan sus ganas sobre el arrecife,
igual que tú, no saben hablar a su interior
guardar sus misterios hacia dentro,
por eso estalla su brava vehemencia.

Desmaquillas de pesar la inocencia,
desvalijas mis defensas con tu pasión,
ignorante de la mar que nos llama
desde su calma mensajera de sueños.
Una vez su osada marea soñamos ser,
bizarros en su continente acuoso.

Siempre a bailar esa belleza de zafiro,
invitados a su festín como dos dioses.
Encamar los cuerpos en honor a Poseidón,
es una extraña danza de gloria y tragedia,
donde tu memoria me registra a penas,
vanagloriándose de una riqueza excluyente.

Siento que me despido en cada huella,
y no te sigo en la coreografía marcada.
No es feliz mi sombra en tu costumbre
de confundir el fútil placer con el amor.
Y ese mar que nos bailaba a todas horas
amplia su horizonte cada día, alejándonos.


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