La fuente de piedra
La mirada valiente del sol en esta mañana amenazante, transforma
en surtidor de oro, el agua que brota de la fuente de piedra y me pregunto si
todo el dolor guardado en los confines de mi recuerdo podría manchar semejante
belleza…, y a cada paso que doy, como el que hace un pacto con el diablo, deseo
mirar al olvido cara a cara, ser una pasajera más de sus interminables sombras,
para luego ser presa de una duda macabra, ¿Podría mirar al futuro a la cara, si
todo lo que he sido o vivido transita errático, sin dueño, en un reino que me
mutila?, Seguramente mi propio ser sería un torpe e incompleto elemento del
cosmos que se desconoce a sí mismo…
Que amargo puede ser el paraíso, si una vez que te han dado a probar su fruta
más jugosa te condenan a la cárcel del desgastado pecado, como si ese renovado
verdor que te regala una última primavera, dejará sus palabras, desafiantes,
colgadas en el aire…, y es que, hasta los últimos segundos de un cegado
horizonte son de ese tranvía que tiene programada su parada en tu estación…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"