Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

miércoles, 8 de agosto de 2012

Sed..

Parir, dar a luz o alumbramiento, como se le quiera llamar al parto, pues esto ha sido este poema, un parto con su correspondiente gestación. Gestarlo ha supuesto leer mucho, sentir el tema, el sentimiento en mi persona, cuando nunca he tenido la experiencia…, que le vamos a hacer, algunas personas somos más simples y aburridas que otras, o quizá para otros, lo que hemos tenido es suerte… Como os decía he configurado en mí, una segunda piel, lenta y minuciosamente, cubrirla de mieles y a la vez de hiel, de dudas, de incertidumbre, de dolor, de miedo, de culpa…. Hasta conseguir que vea la luz, ahora solo quedan unos incómodos puntos, producto de la episiotomía, que molestan un poco al andar y al sentarme, nada que no sane el tiempo, jajajajajaja… hay que desdramatizar…
Todo eso porque quiero reflexionar sobre la infidelidad, amar a dos personas a la vez, o tener un pequeño desliz al margen de la pareja, que no suponga amor, solo el arrebato de un momento con sus correspondientes consecuencias y no es que quiera dejar de lado la promiscuidad de aquellos que son infieles por naturaleza, que no quiere decir que les juzgué, soy de las que piensan, que para ser objetiva en algo, hay estar en la piel de esa persona, como nunca se puede decir; “de esta agua no beberé”, y el que esté libre de culpas que tire la primera piedra.
Se dice que la monogamia no es una elección en el ser humano, que es una imposición cultural, no lo sé, tampoco me preocupa, me siento feliz con mi pareja, y me gusta esa unión de dos frente al mundo, compartiendo, sintiendo… Es cierto que no es fácil, se tienen que pelear muchas cosas para que no se desgaste y se rompa, como encontrar en ella el amor de verdad. Hay demasiadas parejas, que en vez de estar unidas por el amor, parecen un contrato comercial, donde ambos se dicen bien poco el uno al otro, para mi, pensar algo así es muy triste, los siento asfixiados de soledad, con mucha necesidad de huir, de buscar fuera lo que no encuentran en su compañero o compañera. Pienso además, que conforme van pasando los años, y tu vida se va jubilando de muchas cosas, lo más positivo que permanece junto a ti, es esa persona que amas y todas las cosas que aún podéis hacer juntos.
Llegado aquí, y en honor a uno de mis niños, con el cual su padre y yo mantuvimos un extenso debate, sobre si la infidelidad se debe o no perdonar. Sinceramente creo, que nadie esta excepto de una debilidad, somos humanos, hay que hablar los motivos y las circunstancias de ésta, e intentar saber, si algo en el seno de la pareja la ha motivado, para subsanarlo en la parte que corresponda, si sigue habiendo ganas de continuar juntos, si ha sido algo fortuito que difícilmente vuelva a ocurrir, antes de decidir. Por muy doloroso que sea un episodio así, perder a alguien que amas, y que aún te ama, es aún más triste, hay que perdonar, aunque no olvidar, lo repetitivo, huele a alguien sin remedio…

Gracias a todos…
Mil besos muy fieles derechitos a vuestros rostros…


Sed..

Sed, se desliza hambre de guillotina.,
Sed que tengo de morir en ti y moribunda
la sed de este deseo húmedo
sin paz, ni sosiego abriendo su boca
olvidando el pundonor de la regia doctrina
de hombres de sable y damas de rosario.

Sed , señalada por el dedo erecto
y aún no conoce la debilidad de mi carne
olvidando mi alma que culpable se mutila.
Tiene dueño la sed de amor, que perenne
abre la puerta a una segunda primavera.

Sed, sentencia maldita…, me dicen;
_afiliados a ese contrato no más de dos_,
Y he trazado sendas líneas sin disciplina.
Triangulo isósceles concupiscente,
dos de sus ángulos por separado
me suben al más alto de los vértices
y ambos sin saberlo, me sostienen,
sin dejarme morir en la base.

Sed, serenidad agrietada, desorbita sus ojos.
Este tormento de largas uñas que se clavan
en mi piel sin dejarla sangrar, ni respirar.
La indecisión de serpentina oscilante,
me deja perdida sin brújula que me oriente.

Sed, se desespera el momento alargado,
en ese límite que no encuentra destino,
ni la venda oportuna que cubra las heridas.
El sabor de esta culpa, me hace prisionera,
y aún no he sabido, porqué me eligió este amor,
si nunca le abrí la puerta…


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