Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

domingo, 6 de junio de 2010

Partitura incompleta



Partitura incompleta

El otoño derramaba sus hojas formando olas nostálgicas, rompiendo en piruetas tenues en las ventanas del invierno. La puerta de la estación triste, chirriaba oxidada, quejosa de tener que despertar de su letargo, apenas dejaba traspasar el frío viento envuelto en sus brazos, y ya se percibía el olor de la madera mojada, mientras la tierra transpiraba ozono.
Una pesada brisa besaba mi rostro, con sus labios fríos y húmedos, dejando en mi piel un sabor desangelado, desnudando mi cuerpo de calor y traspasando hasta mis huesos. El paisaje se exhibía como escenas de fotografía de un recuerdo de colores ocre que aún no había abrazado el olvido y en el centro, un viejo abeto movía sus ramas glamuroso, erguido en su tronco, mostrando orgulloso su traje de volantes verdes, parecía que bailara al ritmo de los tambores que anunciaban el crepúsculo… Aceleré mis pasos sin destino, sin saber si huía del desabrigado entorno o de mis pensamientos… En una esquina de la esfera del reloj, las agujas yacían paradas en el momento de mi salida sin rumbo, mirando por la barandilla del tiempo un océano bravío que amenazaba con absorberme… A mí vista todo era como un collar de perlas, distorsionadas, en tonos marrones, de dimensión infinita, estableciendo un cerco para no dejarme escapar, fue entonces, cuando en mi angustia me detuve y mire al cielo, donde una hilera de estrellas comenzaban a florecer, como diminutas sombrillas amarillas luminosas que me sonreían cantando a coro una melodía;


“Mujer de pies cansados y ojos tristes;
Vayas a donde vayas, iremos contigo.
Si corres mucho, nosotras te seguiremos.

Mujer de pies cansados y ojos tristes;
detén tus pasos y cántanos tus sueños.
Quédate donde tu ser se encuentre…”


3 comentarios:

  1. Es una pintura surrealista que traza este relato.
    Los versos del final lo corolan.
    Un estallido de colores y sonidos.
    Y emociones.

    Un abrazo gigante.


    SIL

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  2. Qué texto tan bien escrito y delicado.

    Un abrazo

    Maite

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  3. que placer leerte siempre¡¡¡¡¡¡¡ siempre¡
    lohago aca, en face, no me pierdo una nota, a veces mas tarde mas temprano pero estoy leyendote¡¡¡
    amiga de fierro, a la que aprendi a querer tanto a la distancia , sigamos asi , que hace tanto bien¡¡¡¡
    besote grande

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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"