Partitura incompleta
Una pesada brisa besaba mi rostro, con sus labios fríos y húmedos, dejando en mi piel un sabor desangelado, desnudando mi cuerpo de calor y traspasando hasta mis huesos. El paisaje se exhibía como escenas de fotografía de un recuerdo de colores ocre que aún no había abrazado el olvido y en el centro, un viejo abeto movía sus ramas glamuroso, erguido en su tronco, mostrando orgulloso su traje de volantes verdes, parecía que bailara al ritmo de los tambores que anunciaban el crepúsculo… Aceleré mis pasos sin destino, sin saber si huía del desabrigado entorno o de mis pensamientos… En una esquina de la esfera del reloj, las agujas yacían paradas en el momento de mi salida sin rumbo, mirando por la barandilla del tiempo un océano bravío que amenazaba con absorberme… A mí vista todo era como un collar de perlas, distorsionadas, en tonos marrones, de dimensión infinita, estableciendo un cerco para no dejarme escapar, fue entonces, cuando en mi angustia me detuve y mire al cielo, donde una hilera de estrellas comenzaban a florecer, como diminutas sombrillas amarillas luminosas que me sonreían cantando a coro una melodía;
“Mujer de pies cansados y ojos tristes;
Vayas a donde vayas, iremos contigo.
Si corres mucho, nosotras te seguiremos.
Mujer de pies cansados y ojos tristes;
detén tus pasos y cántanos tus sueños.
Quédate donde tu ser se encuentre…”
Es una pintura surrealista que traza este relato.
ResponderEliminarLos versos del final lo corolan.
Un estallido de colores y sonidos.
Y emociones.
Un abrazo gigante.
SIL
Qué texto tan bien escrito y delicado.
ResponderEliminarUn abrazo
Maite
que placer leerte siempre¡¡¡¡¡¡¡ siempre¡
ResponderEliminarlohago aca, en face, no me pierdo una nota, a veces mas tarde mas temprano pero estoy leyendote¡¡¡
amiga de fierro, a la que aprendi a querer tanto a la distancia , sigamos asi , que hace tanto bien¡¡¡¡
besote grande