Retiro
Soledad compañera sacrílega,
de tantos momentos vacuos.
Deslizas amargura excedida,
por el abyecto engendrado en deshonor.
Al ver estas abatidas lágrimas,
piensas que mi alma tocas, en tu anhelo.
La solución que me dé una requisa,
busco en el polvorín de mis recuerdos.
Donde esta una relegada herida,
que la condolencia nunca restauró.
Es mi retiro, aire para pensar,
ablución que libre mi pensamiento.
Abolir estas cadenas infaustas,
que cierran la egregia senda en el llano,
necesito afianzar en mi voluntad.
Solo así la paz calmara mi canto.
Será esa luz aseada del nuevo día,
quien restituya el alma a mi descanso.
Antoñi, resulta difícil restañar heridas. Y hay heridas y heridas. En los momentos difíciles debes recurrir al mismo centro y así y todo es difícil.
ResponderEliminarEspero que encuentres esa paz que ansías, tu alma merece felicidad.
Abrazos, estrella con más fuerza que los astros más brillantes.
NIÑA
ResponderEliminarAbolir estas cadenas infaustas,
que cierran la egregia senda en el llano,
necesito afianzar en mi voluntad.
SIIIIIIIIIIIIIII, éso mismo.!!!!!!!!!!!!!!!
Gracias por tu poema
Un abrazo gigante, mi NIÑA
Las cadenas que nos unen a los pesares se disuelven solamente con la fuerza del alma y del amor.
ResponderEliminarTu poema es un grito en contra de la esclavitud de los sentimientos que duelen y siguen sangrando, es un grito que alguien escuchará...
Besos, Antoñi.
Como te entiendo en este poema, las cadenas que no podemos deshacernos de ellas, y que nos causa tanto dolor. Hay que aprender a olvidar lo que hace daño pero sobre todo apartar de nuestro lado lo que nos hace sufrir.
ResponderEliminarUn beso.
Hay veces que esas cadenas que más nos hacen daño son aquellas que alguna vez rompimos y no las olvidamos.
ResponderEliminarSaluditos