Te encontré
Por fin te desperté en mi sueño,
eras una ausencia prolongada,
condenada en mi memoria
a no hallar su descanso,
ni alcoba para dormirte conmigo.
Si, una amenaza de aguacero,
difusa en el brillo de mis retinas.
Por ti tenía los besos callados
con esa tristeza varada
en el ajado rojo de mis labios.
Eran como hojas caducadas
resbalándose por el tiempo,
lágrimas llenas de soledad,
secas, agrietando mi alma.
Porque nací para encontrarte
vencida por una ociosa distancia,
detenida por sus mudos pasos.
Si hay una muerte respirada
de doliente aliento, de seco mirar,
es aquella de carente nombre,
ignorante de qué se busca…,
….o a quién se ha de hallar.
Hay mucha melancolía en tus textos
ResponderEliminar