Queda
Queda un grillete en mis manos
un latido refugiado en la orilla
del olvido, futuro cómplice,
siempre con ese gesto delator
pues es más que una mirada
del calor de la foresta, y duele
el brillo del sol melancólico
pensando en la sabía esperanza,
en su flor, en sus tibios brotes.
Que no puedo ser Jazmín blanco,
Quizá si, una olvidada camelia
enamorada de la vida siempre,
a pesar de su tortuoso penacho
por donde derrama su tristeza.
Necesidad de tierra semejante
a la belleza del bramar oscuro
de un mar de olas perfumadas,
esa soy, en una rezagada tarde.
La calma enamora mi vacío,
nutriendo su tranquila semilla
de escarcha llorada por la noche.
Será un bosque de negro dolor
de anchas y observadas miras
en un empinado e inaccesible
monte de sueños postergados.
Que va despertando mi mañana,
descalza de norte a encontrarte.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"