Aserto
Como
aquí y ahora todo cambia,
en el fondo un enigma, implorando,
porque limpiar las impurezas al aire,
no descorre las cortinas en la niebla
paralizada en el envite de los designios.
en el fondo un enigma, implorando,
porque limpiar las impurezas al aire,
no descorre las cortinas en la niebla
paralizada en el envite de los designios.
Hay
huellas en mis manos de cicatrices,
dentro de mi corazón, zafiros con vida
de verdad acuden a mis arterias, invictos.
Un blanco relato mostrando sus pieles
sin etiquetas, allí donde arbolan sus islas
al concierto del mar a un mundo abierto.
dentro de mi corazón, zafiros con vida
de verdad acuden a mis arterias, invictos.
Un blanco relato mostrando sus pieles
sin etiquetas, allí donde arbolan sus islas
al concierto del mar a un mundo abierto.
Si
estuviera ausente de yugos, de sables,
podría soldar la espinada memoria,
buscar incluso, la risa en los océanos,
en mi empeño de sentirme escultora fiel
de lo equitativo ante la vestida justicia.
podría soldar la espinada memoria,
buscar incluso, la risa en los océanos,
en mi empeño de sentirme escultora fiel
de lo equitativo ante la vestida justicia.
Aprender
la ortografía del pensamiento
no es fácil, tampoco enviar un mensaje
al alma, y que ésta, atildado responda
de mi viaje de vida en el tranvía asignado.
De las arrugas que le tatuaron mis errores
empeñados en adiestrar mi razón personal.
no es fácil, tampoco enviar un mensaje
al alma, y que ésta, atildado responda
de mi viaje de vida en el tranvía asignado.
De las arrugas que le tatuaron mis errores
empeñados en adiestrar mi razón personal.
Coincido en que no es fácil aprender la ortografía del pensamiento, pero al menos que bellamente expuesto lo dejaste aquí en tu poema.
ResponderEliminarSin dudas sos una escultora fiel de aquello equitativo (veo un buen balance en todos los versos.
Saludos desde el sur del mundo.