Piedra
no se le erizan los
vellos
por el frío viento,
o la nieve.
Las furiosas
tempestades
la levantan de su
aposento
inanimada, sin
voluntad,
hiere allá dónde la
arrojan.
La piedra no hace
daño
a conciencia, la
piedra,
su alma es de
tranquila paz.
La furia la llevan
los pies,
las manos que la
cogen
lanzándola a un objetivo.
La piedra, no es por
ser piedra,
amiga del mal, del
dolor.
También es piedra la
palabra,
la mirada de oscuro
infierno,
o la belleza disfraz
del hielo.
Todo es piedra y nada
lo es,
depende de quien la
maneje,
quien lleve el timón
guía,
puede ser brisa o
tempestad,
puede ser, el ser desvía,
deforma la esencia hermosa
cuando su innato
proceder
tiene de piedra el
corazón.
Creo ser agua, aire,
tierra,
natural, la piedra
firme
hace la utopía realidad.


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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"