Dejemos
Dejemos caer la lluvia,
dejemos este
invierno
establecerse
solidario.
Pasará el frío, la
lluvia
calmando al
corazón,
su palpitar
acelerado.
Siempre es un
presagio
la pesadez de la
nube
arrebujada como
ceja
arrugando la
frente.
La tormenta es
calma
siniestra y
asustada.
¿La sientes tú rezar?
Es rosario de
cuentas
con olor a los pétalos
de una rosa quebrada.
Si pudieras oler
su aroma
sabrías como es el
olor
del llanto de un adiós,
cuando el viento
barre
las huellas del
destino,
prohibiendo un
norte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"