Contracorriente
Después de tanta palabra rota,
de tanta degradada verdad,
suicidó el silencio sus labios.
Octogenario, erguido en su mundo,
calladas sus raíces de sauce,
hoy no han de llorar sus hojas
en dentadas ruedas de molino.
Hablar, resguardarme en la sombra,
Si es que halló sombra en la paz.
Acueducto delgadísimo, fraterno,
cuya voz encalla en la dura roca.
No sabría nunca memorizarme,
si hallé sus pies antes o después
de caminar contracorriente.
Dichoso río salvaje se me regala
vertiendo vida en su cauce abajo.
Paisajes, fluviales sementales
salvajes,
aprendiendo a domar con mis
manos,
aún cuando el agua insaciable, me
busque,
no pereceré intentando nadar su sal,
en la odisea de alcanzar ser océano.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"