Lo nuestro
Arroyo bajas a todo correr,
arenoso, tu cauce forajido,
me asustas y me asaltas.
Cerrado el ojo del horizonte
no hallas un posible destino,
no ven mapas, ni brújulas,
tus densas aguas salobres.
Llevas la realidad con su brío,
la penetras por toda mi piel,
a crueles y frías dentelladas.
Nostalgia de un recuerdo,
sin un punto en su frente
que me oriente la existencia
de un futuro para lo nuestro.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"