Retales reales

Para todos van estas humildes letras con un mensaje impreso; mis mejores deseos, porque creo que puede ser un buen momento para desearos lo mejor en vuestra vida…, el hecho de ser Navidad, me ayuda a demostrar sentimientos que convienen decirlos de vez en cuando, con un único objetivo, haceros sentir que vuestra vida es importante para mí, me preocupa lo que os pase. Bienvenida esta ocasión donde todos nos solidarizamos, unos con otros y nos sentimos más cerca…, fechas importantes que merecen ese espíritu que llevan impregnado a través de los tiempos, ojala el consumismo extremo en el que vivimos no acabe destruyéndolo.

Quizá resulte fuera de lugar estos otros sentimientos, que por Navidad se me hacen mucho más fuertes; “Mi deseo es que no existan jamás tantas diferencias entre unos seres humanos con respecto a otros. Que a nadie le falte un plato de comida, un techo donde cobijarse y una vida digna… Ojala se pudiera hacer realidad y no ser una quimera obsequiada de buenos sentimientos. Que estos días donde el mundo agasaja la vida, vistiéndose de bonito, considerándonos más humanos, podamos prolongarlo hacia aquellos donde esa belleza no les alcanza.

Feliz Navidad

Retales reales

Vestida con la libertad más sencilla, la que es nacida para no necesitar, resumo todos los pequeños momentos que forman mi vida real. Allí, donde las ruedas de la vida giran sin cesar, con mi mirada fija en la fuente que fluye risas, las más puras, porque son niñas…, me preocupo por llenar las horas y no dejar hendidura para el paso de la tristeza….

El emperador pesimista, nunca parecerá un genio con inteligencia e imaginación, se asusta del invierno en su vista, sin saber que es una depuración en la tierra que abre la puerta a la perpetua primavera… ¡Pobre caballo que se niega a saltar una barrera!, Poniendo a sus tropas en acción.

El borracho en su controversia con la realidad sabe que tiene un hogar. Tahúr vespertino en un bosque petrificado intentando andar, sin saber que el difícil, es el paso primero, apacigua la inquietud donde yace el desconcierto, recogiendo la inseguridad en la bolsa de las cosas viejas.

La perspectiva innata aleja al peligroso miedo, como un relámpago recurrente rompe la oscuridad interceptando el rayo de sol… me admiro de esa belleza que jamás captaran las retinas que no conocen el centelleo del tesón que no claudica.