Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

viernes, 4 de septiembre de 2009

La historia de un huevo


La historia de un huevo



Alguien en una ocasión me pidió que contara la historia de unas molestas quemaduras, que me adornaron, además de obsequiarme con un crispante dolor, hace cosa de un año… Esta niña es sádica sin duda, le gusta recrearse en el dolor ajeno, ¡eh!,…Tampoco hay que tenérselo en cuenta, puesto que Brushi dice que mis caídas de ánimo son debidas al masoquismo que padecemos todos los humanos… ¡Seremos tontos!..., Así que voy a recrearme en mi tragedia y os lo cuento. Primero os doy el último parte médico y definitivo; "mejoraron de forma muy rápida y positiva, casi sin dejar huella"..., así que tranquilos ya no asusto, la niña del exorcista se ha ido con William Peter Blatty, de donde jamás debió de salir, y todo gracias al asesoramiento y gentileza de una de mis clientas que tiene una hermosa maceta de aloe vera y me regaló un tallito… ¡Pobre planta, que gracia le debió de hacer!... Yo le pedí que no le diera detalles de nada a la maceta, es que después de lo que me pasó, no me fío de nadie y para sobornarla le regalé un tarrito de arrope, "delicioso", que hacen mis hermanas y que yo regalo como me place sin que ellas lo sepan...
Mi tragedia sucedió un día que una de mis compatriotas me regalo unos hermosos huevos, naturalmente de gallina. Sí, unas simpáticas gallinitas que ella cuida con mucho mimo en un lindo corral en el campo, y este tipo de huevos están para chuparse los dedos, fritos con ajitos... Llegué yo a casa muy contenta y les dije a mis niños…
_Hoy os voy a poner de almuerzo, patatas fritas y huevos_…, muy raro pero no protestaron, más bien me vitorearon, parecía yo un torero, con lo poco que me gustan a mí los toros.
Muy solicita los senté a todos a la mesa, cuatro que son, más la abuela..., el marido y el perro se lo perdieron, el primero por viajar tanto y el segundo andaba perdido detrás de una perrita nueva que había llegado al barrio… Bueno a lo que os decía, que siempre ando navegando por los cerros de Úbeda y se me va el hilo… Pues ya en la cocina, mi eterna enemiga, mira que le tengo yo manía, pues siempre vuelvo, no tengo más remedio que creerme lo del masoquismo ese, ¡eh!… como os contaba, le hecho la vista a uno de los huevos y me puso una cara muy rara, no me gustó, no, no…, me dije;
_Va ser cosa que tenga malas ideas este huevo_, Lo casque para echarlo a la sartén, y debí de darme cuenta porque no protestó.
Me la tenía reservada el muy pillo, al caer al aceite, de oliva, lo digo porque hay que hacer publicidad, este aceite es de mi tierra el mejor del mundo mundial… como decía, al caer al aceite me dijo…,
_Tú ves que me fríes, pues ahora te riego toda de aceite_, Salto de tal manera el malvado, que acabé toda regada de aceite hirviendo.
De ese momento, solo recuerdo que me decía el delicioso huevo…,
_¡Eso pá que tenteré!_, Así que acabamos fritos los dos….


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Posdata: “Nunca te fíes de un huevo, sabe Dios lo que es capaz de hacerte, por muy atractivo y delicioso que parezca…”

5 comentarios:

  1. Ni creas que me comeré un huevo frito más Antoñi!!!!!!!!!!!!!!!! Ya, a ver si se quiere vengar también de mi. No, no, me resistoooooooooo!!!!!!!!!!! jajjjajajja. Disculpa mi risa, pero ha sido tu manera de contarlo, que me encanta, ni pensar los dolores que habrás sufrido por ese vengativo huevo.
    Vi el video de Ventu, dile que le tomo la palabra, y que espero muy pronto disfrutar de su Genio. Que lo quiero y lo extraño!!!
    Y a ti gracias por dejarme su regalo en mi blog.
    Besitossssssssssssssssssss.

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  2. Jaaaaaaaaaaaa!
    Genial !!!
    Qué huevo tan vengativo...
    Lo tendré en cuenta, Niña.
    Es un placer pasar por aquí, amiga.
    BESOS MUCHOS

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  3. Ese huevo ¿qué era el huevo psicópata?

    No sé si prefiero tus textos humorísticos o tus poemas... es difícil elegir la verdad. Como diría mi padre pues huevos y tortilla :)

    Abrazos.

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  4. Si no fuera por la gracia con que lo contás Antoñi, sería para llorar del dolor y para gritar de la bronca, que bastante sé de que te salte el aceite encima ¡válgame Dios! Ya sea de los huevos o de lo que frías. La impotencia de que la comida te ataque es terrible...
    ¡Ah! Mi alohe, está tan tullido como el tuyo, que sirve para todo, hace de maravillas y debe horrorizarse seguramente, cada vez que me ve acercar con un cuchillo...

    Tu relato no tiene desperdicio, me encantó, Antoñi.

    Besazos.

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  5. Muy ingeniosa la historia...
    Un placer leerte.
    Saludos.

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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"