Tu voz
Estoy aquí sola escuchando silencios
Los arboles lloran el sereno estío.
El aire agita melancólico las hojas secas,
Pasa el agua del rio y no dice nada.
Busco tu voz, que se eleve despacio,
que me susurre lo que siente al oído.
¿Dime que es lo que tu sueño perturba?,
¿Que grita, tu recuerdo triste en mi alma?
Solo quiero su dulce eco, aquí siempre,
Que sea como una alondra risueña,
Que con sus cantos mi ánimo serena.
¡Dímelo!, que los silencios me hablen.
Que el desosiego espanten ya de mi ser.
Que sea la luz que alumbre mi senda.
¡Dímelo!, que los silencios me hablen.
ResponderEliminarQue el desosiego espanten ya de mi ser.
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NIÑA, QUISIERA GRITAR ESO HOY....
HAS DADO EN LA TECLA DE MI NECESIDAD, TE JURO.
ABRAZOS , NIÑA.
Excelente soneto libre; me ha recordado muchísimo los de Neruda.
ResponderEliminarConsigues en catorce versos decir tanto, tanto que marcho pensando; creo que es de lo mejor que últimamente he leído.
Abrazos.
¡Precioso Antoñi! Estupendo y nostálgico, donde los sueños esperan que tu corazón los acune.
ResponderEliminarUn beso muy grande, querida amiga.
Te dejo la dirección de mi nuevo blog para cuando quieras visitarlo:
http://lanavedelg.blogspot.com/
Existen silencios que dicen más que las simples palabras nunca dichas.
ResponderEliminarSaludos y muchos besos
Buen fin de semana!