Amor Infiel.
Tus manos no me tocan ya, hombre arena.
El plumaje que cobija el amor esta noche,
se siente salvaje, bajo esta cúpula celeste.
Tarde acude tu sombra, triste y desangelada.
Agrietan fuerte las raíces de la madreselva,
rompiendo las corolas del sueño invisible.
Diluido en el manantial de aceite caliente,
quema el deseo contenido, libre del vacío.
Las copas del brindis, reposan hambrientas,
tintinean, palpitan asustadas por tu derrota.
Brotó el fértil rosal rojo y en mi se cobijó.
Acogedor se ha sentido el umbral de mi seno,
del amor viajero, de equipaje tan clandestino.
Colmena he sido, miel endulzando su cuerpo.
Buenas noches, que bello te quedo tu poema, espero estes bien amiga,te deseo un buen fin de semana besitos de tu amiga,
ResponderEliminarLaury.
Acogedor se ha sentido el umbral de mi seno,
ResponderEliminardel amor viajero, de equipaje tan clandestino.
Colmena he sido, miel endulzando su cuerpo....
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Muy osado, pero me encantó.
De raíz a copa, me encantó.
BESOS NIÑA.
Hermosos versos amiga... me encantó esta frase
ResponderEliminar"de equipaje tan clandestino"
Me gustó muchísimo tu poema!
ResponderEliminarBesos y abrazos!
¡Aaaah, qué hermoso! Me encanta tu poema y la pasión que domina cada verso.
ResponderEliminarUn beso inmenso, amiga.
la fidelidad al poema, sin embargo, lo convierte en dulzura.
ResponderEliminarBESOS
Que hermosura de poema, te felicito te quedo muy bonito,
ResponderEliminarUn besito Rosario
Colmena valiente.
ResponderEliminarNectar que envenena.
(Un primer paso...Te adorooooooooooo)
Infiel este primero.
Lo demás viene solo.
Un beso
"Tus manos hombre arena no me tocan...11")
Eres tan fuerte que asustas.
Por eso me gustas..jajjaja
Muy bonito poema desamor, asi lo entiendo yo...
ResponderEliminarporque hay persona que lo dan todos, pero reciben derrota...escribes de lujo...
un besote
Antoñi me gusta leer tus versos, son profundos. Calan muy dentro.
ResponderEliminarComo quizás sabéis mi amada amiga es una andaluza de mirada picara, y sobre el corazón, cuando duerme, Leonardo Dicaprio la acuna hasta la aurora.
ResponderEliminarVerla aquí con su brazo que lo enlaza como el cuello de un cisne curvo y blanco, olvidada y cansada, y embriagándose de Dios sabe qué sueños indolentes.
¡Alegres querubines protegerla! ¡Oh, pájaros, vuelan sobre este nido, y que dore el reflejo de tus alas su dulce sueño que bendice Dios!
Ya que te todas las cosas te invitan a olvidar, recordando algún amor; tus placeres, a olvidar la vida; tu cortina a olvidar la luz.