Decía Eduardo Galeano;
“No consigo dormir.
Tengo una mujer atravesada entre los párpados.
Si pudiera, le diría que se vaya;
pero tengo una mujer atravesada en la garganta.”
Tengo una mujer atravesada entre los párpados.
Si pudiera, le diría que se vaya;
pero tengo una mujer atravesada en la garganta.”
En mi caso, tengo a ti dentro de mí,
y tengo que escribir, y escribir mucho, hasta que serene, y te pueda abrazar sin
dolor, es un sentimiento diferente, un amor diferente, que para siempre va a
vivir en mí, como en cada uno de los que te amaron, en cada uno en su color,
en la forma que te han sentido, sin duda, honorable y bello, como has sido, y
será tu alma en la eternidad…, porque la grandeza no es atesorar títulos,
riqueza, es saber ganarse el respeto de todos aquellos que te aman, desde de ti
mismo, no simulando ser mejor que nadie, ni perfecto, es algo mucho más básico,
como saber estar, sin hacerse notar, la generosidad humilde que se da sin
conciencia de ello, solo llevar hacia adelante como una segunda piel, la
dignidad humana que tanto te ha hecho cercano a los demás…. Gracias querido tío
por haber estado en mi vida.
Francisco Maíllo Ávila
Hay un punto de inflexión
donde la vida se acaba,
se retracta del mundo,
se va en inverso paralelo
sin que la voz la alcance
reteniendola el momento
reteniendola el momento
justo del adiós necesario.
Por ello para qué ahora
son mis manos fuertes,
no saben si tú atesoras
su despedida, su abrazo
en este instante cifrado
nacido con las ojeras
del cansancio del tiempo.
Ése que despertó el día
olvidando tu presencia,
Francisco Maíllo Ávila.
Quizá tu alma es libre,
siempre lo había sido,
recuperando su esencia
de gavilán en su vuelo
tranquilo, vigilas eterno
a los tuyos para siempre
desde tu cielo pacífico.
Antoñi ( 12 – Septiembre – 2019)
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"