Recuerdo
Recuerdo las lágrimas del río
salpicando mis ropas
bajando la ladera del cerro.
Porque el río tiene ojos, cejas
mullidas hechas de juncos,
hierba verde que al viento sonríe
abrasando el calor en la tarde.
Recuerdo el rezo viajero del agua;
_No quiero ser nube blanca, solo
sal_
El sol constreñido en el vientre
del mes de agosto, la evaporaba;
“Ladinas sus pestañas”, rescatan
sus gotas, vuelo de aves
voladoras,
son frescas suplicas cristalinas
regalándome un sueño de verano,
golondrinas migratorias sin nido
mirando un lejano Septiembre
para poder arrancar su partida.
Recuerdo, llegar a lo que soy
hecha de jirones arrancados
de la ilusión inocente,
imaginación niña, en camino
por crecer la promesa de mujer.
Recuerdo siempre, hábitat en mí
recitándome un despertar
subido a la copa del viejo árbol.
Mientras, la luna trenzaba su
cabello
mirándose serena en el espejo
del río, dormidas sus aguas.
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