Morir en ti
Viento, viento en la colina
amarra tu universo a mi vela.
Ciega de tiempo, de espacio,
son mis costas tus límites,
intentos profanados, en mi,
amagos, que hago prisioneros,
sin mordientes dientes
amarrados a una sola estepa
abriéndome a tu clamor
de fuego, de licuada carne.
Morir en ti, si, mil veces,
resucitar entre tus brazos
cada nuevo amanecer,
es tocar el cielo con mis manos.
Proverbio que te me regalas,
hago de tu simiente flores,
con la lluvia de Marzo y Abril,
primavera de vivos colores,
ofrenda, tesoro de mi seno,
obsequio a la vida con tu ser.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"