Palabras,
solo palabras
Se abre un
mundo,
podría su
blanco jugar
con la
blancura de la nieve,
descolgándose
de las hojas
en do de otoño
sostenido,
desatando su
amargura ocre,
en el aliento ilegítimo
escapado de
su garganta,
como viento
enfurecido.
Columnas de
grises nubes
en sus
advenedizos días,
con sus
pechos abiertos
al mundo de
acero,
sin plumas
en sus lenguas,
vencidas
yacen
a las
puertas del frío invierno.
Por esa hendidura
abierta
a la discusión
del tiempo
ronda la
torre de Babel
dificultando
el andar
de la
palabra.
Su suelo no
tiene raíces,
y
crece inclinada
su firmeza,
su verdad,
se queda
atrás pisada,
vejada por ignorantes
entre los
pinos legendarios,
ellos no
aprendieron
a soltar sus
hojas,
a soñar
primaveras,
a renovarse.
¿Quién sabe
ahora de discursos?,
Solo hay
parrafadas abatidas
desprendidas
de las manos
condenadas,
fragmentos
inconclusos,
no exentos
de esperanza,
pidiendo
perdón….
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"