Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

domingo, 8 de julio de 2018

Me enseñas



Me enseñas

Me enseñas a amarte,
nutres de tibio rubor
mi sangre en sus calles.
Despiertas el rudo verdor
en el cantar de las aves,
en mis jardines secos,
cuando abre la tarde
y eres en mi, un gorjeo
de agua en mis raíces.

Me enseñas un techo
abierto a tus estrellas.
Danzar allí, es universo,
luna prohibida, secreta.
Tiene un mirar de guiño,
que vuelve celeste su risa.  
Bandidos son sus brazos
cuando me estrechan,
acogiéndome en tu suelo.

Me enseñas a soñarte,
encontrarte en mi realidad,
aunque mi sol no despierte
con mi tiempo en tu época.
Somos cometas errantes
que se buscan sus estelas,  
para crearse, fundirse,
en nuestra vía láctea,
si pudieran orientarse. 

Y me enseñas a amarte,
bajo tu gran techo,
y también a soñarte,
regalándome con tu voz
la alegría en mis días.
Enséñame a quedarme
Contigo, con este amor
que a esperanza sabe,
sin celajes amancebados.


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