Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Hoy he visto


Hoy he visto

Hoy he visto la tempestad en los ojos,
he visto la voz ahogada en llanto.
Las cavernas y grutas del miedo
espoleadas por el jinete de la locura
redimidas de su oscuridad omnipotente
hasta hacer un jirón en la palabra,
un grito desangrado y salvaje.

Hoy las primitivas selváticas despertaron
Y las he visto poblar de musgo los labios,
romper las prístinas mies de la alborada
con un estremecedor gemido de dolor.

Hoy, mis manos nidadas de caricias
de flores abiertas al tacto de la libertad
las he visto amenazadas de bruma cobarde
como una ignota estrella fría y distante.

Hoy la serpiente tan ajena a su condición
serpentea la raíz estremecida de la vida
sesgando las frustradas manos de la justicia.
Y la he visto reconducir la incrédula brújula,
pulsante al mordaz latido de la noche sin luna.

Hoy he visto la fatua altura de la prepotencia
desde donde debe ser difícil ver el suelo,
y he visto la envolvente sierpe armar súbditos
con el alarido del tambor de las lianas
hasta hacer prisionera la crédula razón
en los impíos desiertos de la enajenación.

He visto tantos caimanes salir de las ciénagas
hoy cuando se han dejado de ungir los pies
con la lavanda que expelen las arenas blancas
se abren descalzos guarismos a la muerte.      

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