Hoy
he visto
Hoy
he visto la tempestad en los ojos,
he visto
la voz ahogada en llanto.
Las
cavernas y grutas del miedo
espoleadas
por el jinete de la locura
redimidas
de su oscuridad omnipotente
hasta
hacer un jirón en la palabra,
un
grito desangrado y salvaje.
Hoy
las primitivas selváticas despertaron
Y las
he visto poblar de musgo los labios,
romper
las prístinas mies de la alborada
con
un estremecedor gemido de dolor.
Hoy,
mis manos nidadas de caricias
de flores
abiertas al tacto de la libertad
las
he visto amenazadas de bruma cobarde
como una ignota estrella fría y
distante.
Hoy la serpiente tan ajena a su condición
serpentea la raíz estremecida de la
vida
sesgando las frustradas manos de la
justicia.
Y la he visto reconducir la incrédula brújula,
pulsante al mordaz latido de la noche
sin luna.
Hoy he visto la fatua altura de la
prepotencia
desde donde debe ser difícil ver el
suelo,
y he visto la envolvente sierpe armar súbditos
con el alarido del tambor de las lianas
hasta
hacer prisionera la crédula razón
en
los impíos desiertos de la enajenación.
He
visto tantos caimanes salir de las ciénagas
hoy
cuando se han dejado de ungir los pies
con
la lavanda que expelen las arenas blancas
se
abren descalzos guarismos a la muerte.
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