¿Quién me lo iba a decir?
¿Quién me lo iba a decir?
Trasnochados quehaceres rompen
ahí donde la hoja seca quemó su ultima lágrima...
Ahí, sin sepultura, ni lecho para dormir la cordura
y el paisaje no se derrota
sigue, y sigue, en su flamante odisea
mostrándose imperturbable
incluso cuando sus entrañas se rajan
y el dolor se hace lágrima en un cielo implacable...
¿Quién me lo iba a decir?
Si el celaje es bravío y corrupto
con sus manos de verdugo
y su ceguera de incombustible traición.
Solo mira mi espalda y el cuchillo que amanceba,
que no es más fiero que sus garras...
Tentáculos que a la tierra se adhieren
raíces en la memoria del tiempo
sangrado clorofila por sus arterias
reivindicando el verde en su mirada...
¡¡¿quién, Quién?!!,
¿Quién me lo iba a decir?
Si es la mano que me despertó a la vida
y de ella pareciera que me reniega.
Sagaz en su veneno
impertérrito en su enajenada equivocación...
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"