Hoy llueve
Hoy llueve, gotas suaves, relajadas, alimentando la tierra de tantos días
de sed abandonada. Un suplicio de sudores agotados, en lo mucho usados, y es
que el aliento a veces se cansa de respirar al no hallar la respuesta a su
esfuerzo, a la recompensa por aquello
que tanto luchamos, y creemos merecido. Pensemos entonces en la eternidad de
este planeta, de esta tierra de la que más pronto, que tarde seremos
consistencia material de su vasta constitución…
Hoy llueve, y llueven tantas cosas, que por una vez miro esas lágrimas
que se desprenden del cielo, y me pregunto que si después de contener tanto ese
llanto, hay algo en la ausencia de su sal, que tenga que buscar, que tenga que investigar
para saber de mi misma, de mis errores, mis heridas, mis carencias, mi imperfección…,
o tal vez son los errores de otros…, y
dé sentido a la luz que se me otorgó por vida. Quizá así obtenga el milagro de
ver que llueve hacía arriba, aquello que la tierra me oculta, aquello que por
mucho que mi manos descosan de entre sus tejidos, jamás hallé…, ese algo carente
de aureola, con sombra oscura, condenado a vestir la túnica del morbo, tan
necesario para alimentar las malas lenguas…
“Ten por seguro tierra, hoy que la lluvia te alimenta, hoy que mi voz es
una célula más de tu misterio, que no perecerán estos ojos hasta ver aquello
que me quieres ofrecer, para decirme, por una vez, quien verdaderamente soy”
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"