Andalucía, Córdoba, cualquiera de sus rincones más
emblemáticos nos arrastra hacía tiempos más pausados, más armónicos con
la belleza, por ese duende, ese encanto que poseen sus gentes circulando por
sus venas, que hacen de todo aquello que tocan arte con mayúsculas, porque eso
son sus patios, arte que alimenta la vista y el olfato con los colores y aromas
de sus flores, y que ellos tan generosamente ofrecen al paseante abriendo sus
puertas de par en par.
Pues en uno de esos patios vive toda una comunidad de
vecinos, cuyas puertas de acceso a cada uno de los hogares, abren al patio. Un
patio todo él aderezado como si de bordado de umbría se tratase, en todas sus
pareces y parte del suelo, y son esa multitud de puntadas, entretejidas
macetas que hacen una apología al verde que mejor despierta la primavera, así
como toda la gama de colores que el sol es capaz de recrear con su vista,
esparciendo al mismo tiempo en los brazos del aire, aromas que agasajan el olfato
de todo aquel que lo respira.
En esta mañana, aparece una de las vecinas llamada
Fuensanta, con mucha disposición y en su voz una copla
Fuensanta:
¿Que tié la sarsamora
que a toa la jora
llora que llora po lo rinconé,
ella que siempre reía
y presumía de que partía ló corazoné?
Der un queré jiso la prueba
y un cariño conoció
que la trae y que la lleva
por la calle der doló.
Ló flamenco der colmáo
la vigilan a dejora
porque se han empestilláo
en sabé der queré desgraciáo
que embrujo a la sarsamora.
(Aparece por una esquina otra vecina, ésta llamada
Remedios)
Remedios:
Va, va… con to jese talento, que va deperta a toa
la vensidá
Fuensanta:
Po que se derpierte, que jase mucho rato que el só a
salió…
Remedios:
Po si!, La rason eh una.. (Hablando con las macetas de
flores)… vamó a vé mi niñá como se jan despertao?, Con su trajé
achuchurrió paése… ehte caló mata a tor mundo!
Fuensanta.
Quieren bebé un miajita de agua…
(Sale hacia la calle un vecino con traje oscuro,
Prudencio le llaman, con sombrero que se quita para saludar a sus vecinas)
Prudencio.
Mu güeno díá le de el señó a ustedé
Fuensanta y Remedios:
Mú güenó díá tenga usté Prudencio.
Remedios:
Mu remilgao me paese éste pa sé tan prove…
Fuensanta:
Prove y otra cosa… que yo no digo ná, que luego tó se
sabe…
Remedios:
Qué eh jese tó?, Que te gusta má, a ti, tirá la
piedra y escondé la mano.
Fuensanta:
Que no se diga que voy con el chime, que una refiere,
nunca chismea…
Remedios
Te vale ya, tanta palabra chica!, Si lo ehta deseando…
Fuensanta:
¡Yo! (golpeándose el pecho)
Remedios:
¡Tú!, Si paese el diario corre ve y dile, que si no habla
revienta toa…
Fuensanta:
Mira tú ehta, que paésia una pavita cuando la compramó…
Remedios:
Pavita yo?
Fuensanta:
Pavita tú, que ha empesao a ofendé anté…
Remedio
Me lo disé, o no?
Fuensanta:
Bueno… que sepa que eh porque tu ha ensistio… y eh que
una, duerme con un ojo abierto,
por eso se entera de tó…
Remedios:
Con un ojo abierto y el oído puehto…, que tó hay que
desirlo (Casi susurrado)…
Fuensanta:
Desia?
Remedios:
Ná, cosa der aire… sigue
Fuensanta:
Pue, ya sabé que con el caló, hay que abrí to, pá que
corra el aire, y tó lo que tenga que
corré… y sabé ademá que el Prudencio trabaja de
panaero de domingó a vierne… y lá
noché son tan largá que una se desepera si no tiene ná
con que sofoca este caló…
Remedios:
Vamo ya con la retajila, que paese un asertijo…
Fuensanta:
Si me lo decía mi mare; “la pavita, solo pue llegá a
pava”, y ehta eh, pá alivio de mi pená,
“escolá”…
Remedio:
Pue habla claro que to er mundo te entienda…
Fuensanta:
Es que eré de corto entendé…. Niña, que jase mucho frío
en invierno para dormi sola!, Y
que la mujé del Prudencio no pasa na de frío, que tie
quien le caliente la cama, en lá noché
que él mario trabaja…
Remedio:
(Murmurando, mientras arregla las hojas de una maceta)…
Anda ehta!, y yo con la
boquita callá pá no jásele daño..., que eh su mario el
que pone la estufa pá calenta esa
cama...
Fuensanta:
Te pasa hargo?
Remedios:
(Medio escampándosele la risa), Na, que me acabo de
acordá que puse la leche a herví…
Sale corriendo Remedios para evitar que Fuensanta
vea como se ríe, y saque
conclusiones.
Fuensanta:
Ehta eh tonta de remate, no se entera de ná… acabo y voy
a vé a la María que me cuente
lo último…
¿Que tié la sarsamora
que a toa la hora
llora que llora po lo rinconé,
ella que siempre reía
y presumía de que partía ló corazoné?
Der un queré jiso la prueba
y un cariño conoció ……