Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

jueves, 12 de marzo de 2015



Tus ojos son como el mar,
encrespado y potente.
Y sabes como el cielo, y el sol... 
Te deseo todo,
todo lo que puedas dar 
todo lo que pueda coger, todo…

Noto su boca, dulce,
exigente, cargada de promesas…
Puedo oírte, olerte, saborearte,
el signo de tenerte 
más allá de la realidad
del sueño inalcanzable.

Eres un rayo luminoso
infundiendo esperanza
atravesando el cielo encopetado…
Y cuando me abrazas,
Como la tierra soy, 
hambrienta de tu semilla.

El anochecer languidece
abriendo paso a las sombras 
me recoges en tu fogosa mirada 
en su fuego me consumes 
como madera seca 
que a tu lumbre alimenta.

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