Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

domingo, 9 de agosto de 2009

Dímelo Amor

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Después de estos días de descanso vuelvo llena de energía, deseosa de descubrir, de compartir, todo aquello que enriquezca mi ser, haciendo mi alma más libre, más cercana a todos…. Gracias por ser como sois y por hacerme tan grata compañía….

Dímelo Amor

Paseando con el tiempo dormido, sin atreverse el ocaso a despertar mi pensamiento, abracé el sosiego abstraída de todo sentimiento, sin advertir qué sentido tiene la necesidad, de esto o aquello, más ajena que nunca a mi cuerpo. Quizá si en ese momento, sin conciencia de apreciarlo, si alguien me hubiese preguntado, ¿Que soy o que siento?, Podría haber dicho, posiblemente; … una mariposa, que se haya perdida, buscando desde no sabe dónde, ni cuando, aquel paraíso de flores, que le dio color a los campos que florecen en Mayo, deseosa de rejuvenecer sus alas con la vitalidad de la savia, que surge en la voluntad del girasol de no perder de vista al sol, desde su despertar hasta su descanso, mientras va alumbrando el día….

Escuchando el silencio en su deliciosa armonía, mi desvelo quedó lacrado junto a mi inquietud quejumbrosa, nacida en el oscuro pozo del presagio. Pude sin saber, ser ajena a la posible tormenta y oír la música siendo parte de sus notas en ese pentagrama, que con tanta sabiduría, cantan las hojas del almendro mientras florecen sus ramas.

Sin saber en qué momento, me quedé sedada en el sueño de la tierra y me sentí navegar por el agua subterránea de la sima cóncava del estrecho, que busca la salida en el ancho valle, esperando ser compañera de la nieve, que en primavera se disuelve fluvial, cantarina y juvenil, bajando la montaña, marcando un fresco sendero en su trayecto, buscando la mar.

¿Qué soy? ¡Dímelo tu!, Si en tu mirar me diluyo como una partícula que haya su complemento, escrutando todos tus rincones dejándote mensajes. Necesito que tú hables este mismo lenguaje de signos dando vida a nuestros sentidos. Somos una misma pieza, almas separadas que se juntan con un beso, corazones que unidos hacen sonar un concierto, recitando una bella melodía que tiene necesidad de generar vida.
¡Dímelo tu amor!, Dímelo antes que me sienta un minúsculo elemento, cansado de vagar en tu árido horizonte y se mezcle con tu aliento.