Epopeya de los
cerezos en flor
Epopeya de los
cerezos en flor,
oyen el clamor
de los montes
despeñándose desde
las alturas,
mientras la mar las
estrellas hunde,
para solo rozar la
piel de la luna
acurrucada en su
vega celeste.
¡Envidioso de su
blanco color,
es el iris de
los ojos de la noche!.
La eternidad
tantea las paredes,
de los bancales
de espuma…,
insegura, crea
un cerco de silencios
que van cayendo
sobre su sombra.
A ciegas, los
acantilados vientos
imponen espejismos
en los valles
deshabitados de cálida
ternura,
nombrándolos bagatelas
inútiles.
Caronte en la laguna
Estigia
hacia el Hades va,
como siempre.
No le preguntes
que almas lleva
y si alguna ha
sido errante.
Solo apresura el
respirar del río,
para que tu alma
no sea piedra.
Tan bonita la
flor de esta epopeya
que lejos sana
heridas el cerezo.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"