Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

domingo, 5 de junio de 2016

De ti depende


De ti depende

Quiero que lo recuerdes antes
de que el tiempo de los relojes
se muestre intranquilo, desconfiado,
de la marcha presurosa del alma
de tus horas, ya tan cansadas
de dibujar arrugas en tus amaneceres.
Que lo recuerdes como un adiós
silencioso, incapaz de dormir sus pasos
de los caminos de barro trazados,
en tus huellas de futuro hambrientas.

Al final un cuerpo es una borrosa
resistencia en una acaricia frágil
que se da la vida a sí misma.
De ti dependen las espinas de tu rosal;
serán tu fortaleza, o desgarros,
que dejaran quejas de tu fragancia,
en el aire que alimentó tu existencia.  
De ti depende que sea tibio el descanso
en el que duerme tu recuerdo,
sin ser boca espiando tus culpas.

Por eso se entreabre el misterio,
de la silente ancestral oscuridad,
como una encabritada brida,
espoleando las conciencias insensibles.
Buscando el aliento de la palabra,
porque es la palabra la que no muere
a pesar de ti, de mi, a pesar de todos.
Y en los registros que en el aire tiene
no hagas tu polisemia tan ambigua,
poniéndole mordaza a la verdad. 

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