De ti depende
Quiero que lo recuerdes
antes
de que el tiempo
de los relojes
se muestre
intranquilo, desconfiado,
de la marcha presurosa
del alma
de tus horas, ya
tan cansadas
de dibujar arrugas
en tus amaneceres.
Que lo recuerdes
como un adiós
silencioso,
incapaz de dormir sus pasos
de los caminos
de barro trazados,
en tus huellas de
futuro hambrientas.
Al final un
cuerpo es una borrosa
resistencia en
una acaricia frágil
que se da la
vida a sí misma.
De ti dependen
las espinas de tu rosal;
serán tu fortaleza,
o desgarros,
que dejaran quejas
de tu fragancia,
en el aire que alimentó
tu existencia.
De ti depende
que sea tibio el descanso
en el que duerme
tu recuerdo,
sin ser boca espiando
tus culpas.
Por eso se
entreabre el misterio,
de la silente ancestral
oscuridad,
como una
encabritada brida,
espoleando las
conciencias insensibles.
Buscando el
aliento de la palabra,
porque es la
palabra la que no muere
a pesar de ti,
de mi, a pesar de todos.
Y en los
registros que en el aire tiene
no hagas tu polisemia
tan ambigua,
poniéndole mordaza
a la verdad.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"