Condena
Los desertores
cielos nos niegan
hospedaje en las
frívolas tentaciones.
Cuando desnudos nos
enfrentamos,
especulan hacernos
morir mil veces
en las fauces incendiadas
del deseo.
Eres tú el
espacio que me contiene.
Desinhibido y lento
es el tiempo
que nos mira robándonos
las días.
No hay flores para
las cicatrices,
ni duelo en la
orilla de mi cuerpo
Esta afrenta que
nos injuria,
faltas de este amor
imposible,
nos acecha feroz,
sin descanso,
artificio de las
mieles adulteras,
abriéndonos los viles
infiernos.
Desazón
despuntada en llanto
bajo el cansado y
celoso turbante
que ciñe la memoria de la ternura.
Pájaro del dulce
sueño inalcanzable,
tus alas serán la gloria de esta travesía.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"