Apóstata
Sí, soy apóstata
de todas las guerras,
sin embargo me
has regalado un fusil,
¿Qué hago con
esta metralla ahora?
Me tallaste,
alfarero, de tu barro,
Y la hermosura
se quedó presa
del noble sueño,
de la dulce novia
gestando vida,
despertando Abril.
Como puedes ser
un vagabundo
perdido en tus
arrugadas emociones.
El tiempo no
viola sus espacios,
y tú a las horas
llamas al ebrio monte
a despeñar su
armonía en los abismos.
Sí, en verdad
soy apostata conversa,
mis oídos no
aceptan dádivas bélicos,
súmmum del reino
yermo de las lágrimas.
Bajo un abrupto
cielo me regalas un fusil,
¿Qué hago con
esta metralla ahora?,
Los pensamientos
son solitarias naves
no necesitan
dagas, ni frígidos cuchillos
cuando el infiel
laberinto les impide salir.
Solo un dolor
primario se circunscribe
al recinto de
los incómodos lamentos,
porque con tus
ojos me has labrado
iracundas
cuencas, desbordadas de ira.
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