Sueños de ceniza
Hay una urgencia
virgen
en la memoria de
los espejos
mientras las
velas se apagan
y se hacen
ceniza los recuerdos.
Sé que sé irá la
madrugada
y no sé si
despertará la mañana
o se quedará
dormida en silencio
deteniendo sus horas
rotas.
Será invisible
la lluvia en las pestañas,
mientras el
aliento se desmemoria,
y el tiempo parte
sus manos frágiles
bajo el cielo que
cobija los sueños.
Se distancia el
dorado bronce
del corazón de la mar hundido,
y turba la melancolía
de sus olas
al reposar su
tristeza sobre la arena.
Rumor de boca de
relámpago
no tienes
juventud ni infancia,
con tus crueles hélices
amargas
rompes el pulido
blanco de las nubes.
Se abre una
brecha en el vacío
abandonando el calor
en el aire,
y la vida del
árbol hace la sombra
en el frío de
los sollozos del dolor.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"