Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

miércoles, 11 de mayo de 2016

Silencios


Silencios

Atónita del blanco peso,
de las luces ahogadas
en edificadas paradojas ,
muerde la urbe la noche
nacida en la cúspide de sus fronteras.

Ya no amargan los silencios
derramados gota a gota,
en el grosor de la ausencia.

Desnudo el cristal del azar
la hierba mansa crece
sobre el espíritu del tiempo,
impensado en las aceras
donde yacen los intranquilos instantes.

Peces extrañados del mar
cohesionan cuerpo a cuerpo
con la lentitud de la conciencia.

Una cándida espiga muere
ciega por el diáfano llanto,
por las hojas secas de angustia,
limita la sed del gozo,
secó el verde barniz, rencoroso y marchito.

Alfileres en los cauces pétreos
trae, trae insomnio al agua
que el dolor a la tierra blande.

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